sábado, 16 de febrero de 2013

Carta a los que piensan visitar la exposición "Our Body"

Estimados amigos:
Habrán visto los cientos de mupis y vallas promoviendo una exposición sensacional que se llama "Our Body: El Universo dentro". Habrán visto en televisión a la ministra de Salud inaugurando esta exhibición que la empresa de espectáculos que la trajo al país llama "completamente educativa".

Bueno, les digo: antes de ir a ver este show, piénsenlo dos veces. Si usted es madre o padre de familia, piense dos veces si va a mandar a sus hijos a este show. Si usted es profesor, piense dos veces si va a llevar a sus alumnos. Primero, piensen en que van a ver cuerpos humanos reales. Segundo, pregúntense ¿quiénes son estos muertos? ¿Dónde los han conseguido?

La publicidad no habla de los seres humanos detrás de los cuerpos convertidos en atracción en este show. ¿Por qué hablo de un show, cuando hasta la ministra de Salud habló de una exhibición educativa? Bueno, la empresa que trae los cadáveres y nos cobra $10 por verlos se llama 'Twoshows' y se dedica a esto: traer espectáculos, grupos de rock.

Es obviamente una operación comercial, un 'showbusiness', no una operación didáctica, por más que el Ministerio de Educación, dos universidades privadas y algunos medios de comunicación la patrocinen.

No tengo nada en contra de operaciones comerciales. Pero pregunto: ¿Es éticamente aceptable que un show comercial nos traiga un montón de cadáveres, sin explicarnos cómo y de dónde los consiguieron y quiénes eran en vida?

Resulta que la máxima Corte de Francia prohibió este mismo show comercial en su país, precisamente porque la empresa de espectáculos no sabía documentar la procedencia de los cuerpos. Y por otra razón más: el debido respeto a los fallecidos. La Corte ordenó cancelar el show y darles cristiana sepultura.

Los dueños del show han dicho que los cuerpos provienen de China. Punto. Sus detractores ponen más detalle a esta macabra historia: los cadáveres los suministra el sistema carcelario de la República Popular de China. Organizaciones de Derechos Humanos calculan que en China se ejecuten a unos 6 mil prisioneros cada año, incluyendo presos políticos. El método de preservación utilizado para la exposición "Our Body" sólo es aplicable inmediatamente después de la muerte. Existe la sospecha que los cadáveres son comprados al gobierno de China o funcionarios corruptos - y que los proporcionan a pedido. "¿Cuántos cadáveres necesitan? ¿50 entre mujeres y hombres? Se los tenemos en tal y tal fecha..."


Antes de mandar a nuestros hijos o alumnos a ver "la exhibición que cambiará la forma de ver el cuerpo humano", sería bueno que preguntemos al gobierno (y a las empresas patrocinadoras, incluyendo El Diario de Hoy) si han recibido documentación fidedigna, para descartar la tesis que se trata de los cuerpos de prisioneros chinos ejecutados y luego vendidos.

Si a usted no le preocupa esta interrogante, entonces vaya un domingo con toda su familia a ver el show. Incluso dan descuento a menores de 12 años. Sólo tenga preparada una buena respuesta cuando su hija le pregunte: "Papi, ¿quiénes eran en vida estas personas? ¿Por qué no están enterrados en el cementerio como la abuelita?"

Enjoy the show.
 
(Más!/EDH)

jueves, 14 de febrero de 2013

Carta de una joven de 15 años a Nicolás Maduro, gobernante de Venezuela

Esta carta la entregó en el despacho de Nicolás Maduro Ivana Simonovis, de 15 años. Es la hija de Iván Simonovis, preso político de Hugo Chávez desde el 2004. El ex-comisionado de la Policía Metropolitana de Caracas fue condenado a 30 año de cárcel por la muerte de manifestantes en los sucesos de abril 2002, en los días de enfrentamientos callejeros entre manifestantes en contra y en pro del golpe de Estado contra Hugo Chávez. Nunca se ha comprobado la responsabilidad de Simonovis. Más bien todo indica que las muertes de los manifestantes anti-chavistas fueron provocadas por francotiradores chavistas.
Nicolás Maduro ya rechazó la solicitud de Ivana de interceder por su padre y facilitarle acceso a atención médica.

Señores del EstadoVenezolano:
Esta es la segunda vez que les escribo. No me da pena insistirles. El dolor puede más que la pena. Les juro que ya no puedo más. Ya me cansé de llorar. Estoy agotada. Quiero pedirles de nuevo un poco de clemencia. Ya mi papá, Iván Simonovis, y todos nosotros, su familia, hemos sufrido demasiado. Sufrir cansa. Llorar cansa. Extrañar al padre de uno cansa. Siento que soy demasiado joven para estar tan cansada. Me parece injusto que la política me arruine la vida. Todos los días me asomo con susto en el espejo, porque siento que tengo canas en mi cabello. No las veo, pero las siento. Y tengo 15 años. Es muy rara esta sensación. Ya mi sonrisa no es la que sale en las fotos de los álbumes de la familia. Mi sonrisa se quiebra a cada rato, como una galleta. Porque así están los huesos de mi papá. Se han vuelto una galleta por tanto encierro, por tanto no moverse, por tanta sombra. Por favor, les pido, devuélvanle el sol. Devuélvanle un poquito de vida. Ya bastante ha pagado lo que Uds. consideraron que debía pagar. Su salud esta tan deteriorada que tengo miedo –mucho miedo– de que mi papá termine paralítico, en una silla de ruedas. Y más así. Solo. Sin su gente, sin los únicos brazos que lo pueden abrazar.

Mi papá no está nada bien. Su columna está demasiado frágil. Se puede romper sola, sin que nadie la toque. Sus huesos, dice el médico, tienen la edad de un anciano. Sus huesos ya pagaron el doble del tiempo de su condena. Su ánimo también. Y su familia. Sea justa o no su prisión, creo que ya todo es demasiado. Ya todo se ha vuelto inhumano, cruel, excesivo. Señores del Estado Venezolano, una medida humanitaria como la que les pido sería un gesto noble, necesario, hermoso. Un gesto importante en estos tiempos tan duros. Estoy tan agotada del odio de parte y parte. Creo que muchos estamos así. Un gesto de nobleza no les va a hacer perder nada de lo que tienen y, en cambio, los hará más humanos. Quiero volver a tener 15 años y un padre a quién abrazar.

No tengo más argumentos. Solo un exceso de dolor. Gracias. Ivana Simonovis
(Más!/EDH)

martes, 12 de febrero de 2013

Carta a Sergio "Toto" Rodríguez de Medio Lleno

Estimado Toto:
Vos sos uno de los jóvenes de la generación post-guerra que ha mostrado liderazgo y ganas de intervenir en el debate sobre el futuro del país. Sos tan alejado del esquema de la confrontación ideológica, que ha marcado las generaciones de tus padres y tus abuelos, que tus posiciones a veces me han parecido exageradamente suaves y conciliadoras. Te acuerdas: Hemos tenido nuestros pleititos sobre esto. Yo diciendo que ustedes de Medio Lleno deberían ser más rebeldes y más agresivos en su crítica al poder - y vos contestándome que para ustedes la guerra ya pasó y que no van a pelear las batallas pendientes de mi generación...

Dejame decirte: quien tenía la razón fuiste vos, no yo. Ustedes tienen que llevar sus propias batallas - y esta lucha ya no es para botar gobiernos, sino para defender la constitución y para dar plena vida al estado de derecho.

Bueno, te diste cuenta que (muy a pesar de tu actitud conciliadora y constructiva) la guerra te alcanzó de todas formas. La guerra fría y sucia, por lo menos. Circula en las redes sociales un ataque a tu persona y tu familia que me dejó helado. No me extraña que estos heroicos guerreros anónimos me ataquen a mí: Soy conciente que lo estoy provocando con mi manera de ejercer la crítica periodística. ¿Pero a vos? ¿Y de esta forma bajera de meter a toda tu familia? Repugnante y preocupante.

Los nazis de Hitler tenían un término que se llamaba "Sippenhaft": la responsabilidad de toda la familia (padres, hermanos, primos, tíos e hijos) en casos que ellos consideraban "traición" al partido y la patria. Metieron a sus campos de concentración a miles por su parentesco con adversarios políticos.

El afiche que apareció en las redes sociales (y que lo circulan militantes del Frente y amigos de la candidatura de Saca) te ataca a vos por tu parentesco con tu tío abuelo José Antonio Rodríguez Porth, de quien piensan que es tu abuelo; y con tu tío José Antonio Rodríguez, de quien piensan que es tu papá. Conectemos los cabos: Tu tío abuelo, amigo y asesor cercano al presidente Cristiani, fue ajusticiado en 1989 por un comando del Partido Comunista - asesinato político que causó fuerte rechazo incluso dentro de las filas del FMLN. Y tu tío Toño en estos días es el blanco preferido de Funes en sus ataques a los ex-funcionarios de la Geotérmica. Además, tanto en los exabruptos radiales de Funes como en el ataque digital a tu persona, aparece el pecado principal de todos ustedes: su vinculación familiar con Francisco Flores. Parece que tu tío abuelo murió asesinado, pagando de antemano el pecado que su hija luego se iba a casar con Paco Flores. Y tu tío cometió el error de hacerse cargo de la dirección de la Geotérmica, sin tomar en cuenta que seis años después su cuñado iba a ser presidente de la República. Y de todo esto, por supuesto, sos responsable vos, por el simple pecado de llevar el mismo apellido. Por tanto, tu intervención en el debate político actual es moralmente condenable -aplicando la "Sippenhaft", que inventó Hitler, la retomó Stalin y la sacaron del basurero de la historia los que hoy te mandan este mensaje sublime: "Mirá lo que pasó a tu abuelo en 1989, mirá lo que puede pasar a tu papá..." No importa que el muerto no es realmente tu abuelo y el señalado por el presidente no es realmente tu papá: La "Sippenhaft" no solo abarca a hijos y nietos, sino igualmente a sobrinos. Sos marcado.

Lo que te recomiendo, Toto: Seguir igual. No aceptar batallas falsas. Seguir a ver medio lleno el vaso y a proponer cómo terminar de completarlo. Los guerreros anónimos, que se hundan en su propia miseria humana.

Saludos de
 
(Más!/EDH)