sábado, 18 de marzo de 2017

Carta al presidente: ¿Por qué oculta los años más importantes de su vida?

Estimado señor presidente:
La Constitución define los requisitos para ser presidente: “ser salvadoreño por nacimiento, hijo de padre o madre salvadoreño; del estado seglar, mayor de 30 años de edad, de moralidad e instrucción notorias; estar en los ejercicios de los derechos de ciudadano, haberlo estado en los 6 años anteriores a la elección y estar afiliado a uno de los partidos políticos reconocidos legalmente.”

Todos los requisitos son fáciles de comprobar: o se cumple o no se cumple. Menos uno: “de moralidad e instrucción notorias”.

¿Qué es la “moralidad e instrucción”? ¿Y qué significa “notorias”? Luego de los presidentes Saca, Funes y Sánchez Cerén y sus resultados pobres, son interrogantes válidas.

Una ciudadana quiso explorarlos y solicitó a Casa Presidencial su hoja de vida. CAPRES se negó a entregarla, hasta que el Instituto de Acceso a la Información Pública se lo ordenó.

Los periódicos publicaron su hoja de vida. No se si la ciudadana que la solicitó queda satisfecha. Yo no. Alguien que aplica para un cargo tan importante no puede tener un hueco negro de 21 años en su hoja de vida. La suya deja en lo oscuro los años 1979 a 2000. En 1979 es profesor en Quezaltepeque, y en 2000 de repente es diputado.

Todos sabemos que entre 1979 y 1992 usted fue comandante de las FPL; que luego del asesinato de la comandante “Ana María” y del suicidio del comandante “Marcial” usted se convirtió en el Jefe Máximo de las FPL; y como tal en uno de los 5 miembros de la Comandancia General del FMLN. Y en 1992, usted fue firmante de los Acuerdos de Paz.

¿Por qué nada de esto aparece en su hoja de vida? Difícilmente usted hubiera llegado a la presidencia por méritos en su corta carrera como profesor de primaria. Llegó a ser diputado, vicepresidente y presidente por el liderazgo que ejerció precisamente en los años que oculta su hoja de vida. Esto incluye lo bueno, lo duro y lo feo que pasó bajo su liderazgo. Ni siquiera menciona lo bueno: su participación en el proceso de paz. Mucho menos lo duro relacionado con la conducción de la guerra, y lo feo: los masacres de las FPL contra sus propias bases.

Para mi, nada de esto lo inhabilita a ejercer la presidencia. De esto se trataban los Acuerdos de Paz: la plena inclusión de los insurgentes en el sistema político.

¿Por qué el presidente deja en negro los años más decisivos de su vida e incluso su participación en el proceso de paz, que tal vez de toda su vida es lo que más lo califica para ser presidente?

Se lo pregunto a usted, se
ñor presidente. Saludos,






(MAS!/El Diario de Hoy)